Lealtad, por Fred Hicks

Salud!

Hoy os traigo una entrada escrita por Fred Hicks para su blog Deadly Fredly. En concreto una entrada llamada Loyalty (Lealtad) que trata sobre los Directores de Arte. La entrada me ha parecido increíblemente buena, algo que toda persona que quiera dedicarse a este negocio (tanto en el lado de los Artistas como en el de los Directores de Arte) deberían leer. Por ese motivo le pedí permiso a Fred para que me dejase traducirla y ponerla aquí…

Os dejo con la traducción:

Parte de lo que hago como freelance es dirección de arte. Lo más brevemente que puedo describirlo, dirección de arte es el proceso de conceptualizar el arte usado para un proyecto, entonces encargarlo y coordinar a los artistas contratados para ejecutar el concepto.

Soy un tipo que se maneja mucho con emails – mi bandeja de entrada es mi lista de cosas pendientes – y tiendo a usar muchas palabras cuando me comunico. Por eso me esfuerzo mucho por comunicar claramente las necesidades del proyecto al artista o artistas. Espero un esfuerzo recíproco por parte de los artistas, y cuando lo obtengo ese artista recibe mi lealtad como cliente repetidor, yendo a mi lista de “sospechosos habituales” para mis posteriores proyectos.

Por ejemplo, cuando empecé tuve la suerte de encontrar a Christian N. St. Pierre cuando necesitaba arte para el Spirit of the Century (y para el Dresden Files RPG, aunque ese arte en concreto resultó ser un poco prematuro). Entregó con rapidez y se comunicó conmigo durante todo el proceso de trabajo. No tenía mucha experiencia como director de arte en aquellos momentos, pero mis interacciones con Christina crearon una buena base de cómo me gusta trabajar. Más tarde, trabajando para Hero Games y en otros proyectos, Brett Barkley y Storn Cook (y varios más) también me han mostrado esa misma forma de trabajar. Es una buena forma.

Un comentario aparte: Esto significa que mi establo de talento artístico crece con lentitud. Una vez llegué a una masa crítica de artistas que están habitualmente disponibles y que son sospechosos habituales, no hay mucho incentivo para encontrar nuevos artistas. De todas formas intento dar oportunidades a uno o dos artistas con los que no haya trabajado anteriormente en cada nuevo proyecto, si el proyecto tiene tanto arte que se necesiten varios artistas. Si alguien la clava en esa “audición”, se mueven a la lista de sospechosos habituales. Si alguien caga esa crítica primera impresión tiene muchas posibilidades que no le vuelva a llamar. No es que no haya buenas razones para cagarla, y no es que no de segundas oportunidades; pero para ser francos, has más artistas que demanda de arte, y la metodología de sospechosos habituales que uso no deja mucho espacio para meter a gente nueva.

Así que cómo artista interesado en trabajar más, siempre deberías tener en tu mente construir una relación de lealtad. Incluso un artista que no ejecuta la imagen más técnicamente correcta o el mejor trabajo consigue repetir en el trabajo si muestra una ética de lealtad fuerte. Teniendo construir lealtad como objetivo voy a exponer algunos simples principios para crear esa lealtad en la relación entre director de arte y artista.

Comunica A Menudo:

Esto va a tener importancia en todos los puntos que trato más abajo, pero voy a separarlo y ponerlo al principio. La comunicación es vital para crear una relación de lealtad con el director de arte (por lo menos con aquellos que trabajan como yo lo hago). En cualquier relación, pero especialmente en internet, el silencio equivale a la invisibilidad. Si no estás hablando de lo que estás haciendo, sobre cómo están saliendo las cosas, entonces es como si no estuvieses haciendo el trabajo. Si, es posible que lo entregues todo a tiempo, pero estás creando una oportunidad para que el otro lado de la relación se ponga ansiosa cuando más tiempo pase entre comunicaciones. El arte para juegos usualmente se encarga y se programa en un pequeño marco de tiempo. Hay muchas partes y cosas que encajar, y el director de arte apreciará si le estás haciendo saber que tus partes se mueven sin problemas. Mejor aún, ya que la comunicación regular es igual a la visibilidad, permanecerás al frente de la mente de tu director de arte; lo que incrementará la oportunidad de que seas recordado la próxima vez que aparezca un proyecto.

Al final del día tienes que ver esto como un servicio de atención al cliente. Los clientes tienden a gritar mucho menos si les mantienen informados con regularidad, incluso si todo está yendo mal. Invierte tiempo en comunicar, y serás recompensado.

Muestra Tu Trabajo.

Hay unos cuantos artistas por ahí que cogerán su encargo, se irán, trabajarán, y me mostrarán el resultado final sin que yo vea nada del proceso intermedio. Puedo aceptar esto, pero no me gusta esa forma de trabajar como director artístico. Rehacer imágenes que no funcionan es un trabajo doloroso, y a veces lleva a piezas menos satisfactorias (aunque quizás más correctas) si se ha tenido que llegar a compromisos mientras se arreglaba el problema en Photoshop o lo que sea. Es mucho mejor darme la oportunidad de aportar un poco de “giro” en la bola que estás balanceando en diversos puntos del proceso.

Idealmente quiero ver todos los pasos intermedios: los bocetos que muestran los elementos principales de la composición; los lápices una vez están hechos; el entintado, que puede ser el final si es blanco y negro; entonces el dibujo final, sea en color o en escala de grises. Tengo una imagen mental muy vívida cuando le explico el concepto al artista, y puedo ajustar mi concepto si pienso que el trabajo del artista apunta en una dirección mejor que la que señaló mi imaginación. Pero también capaz de ver pequeños ajustes que dirigirán la imagen hacia un destino que nos deje contentos a los dos, y soy rápido y claro al tratar cuales podrían ser esos pequeños cambios (“comunica a menudo” es cosa de dos, aunque también les doy a mis artistas sitio para respirar).

Para. Colabora y Escucha.

Todo esto habla de colaboración entre el artista y el director. Es mucho más sencillo dirigir la nave cuando aún no ha acelerado, por lo que la aprobación de los primeros bocetos es realmente importante. Dale a tu director de arte la oportunidad de participar en este proceso y sentirá con más fuerza que en el resultado final hay una parte suya. Esa sensación se puede convertir en orgullo, y el orgullo en lealtad, y la lealtad en una repetición del negocio.

También deber tener en cuenta que tu director de arte está haciendo lo mismo con varios artistas, muchas veces al mismo tiempo, y lo habrá hecho con anterioridad en unas cuantas ocasiones. Un director artístico puede (y debe) ser un inusualmente valioso segundo par de ojos, capaz de hacer que rompas tus bloqueos mentales y de ver cosas que pueden hacer la imagen más dinámica, excitante, y en fecha. Tu director de arte es un aliado y un abogado; dale la oportunidad de ayudarte, de que invierta en ti, y de que le emocione trabajar contigo. Otros directores artísticos escucharán sobre ti si lo haces.

Falla con Gracia.

Todo el mundo mete la pata de cuando en cuando. Quizás has intentado morder más de lo que puedes tragar, aceptando hacer demasiadas piezas. O quizás uno de los trabajos que tienes pide más de ti de lo que sientes que puedes dar. El fallo se encuentra ante ti. ¿Qué es lo peor que peor que puedes hacer en esta situación? En última instancia la respuesta es pasar la mayor parte de ese fallo al director de arte y al proyecto. Fallar de manera agraciada depende pues de tu habilidad para contrarrestar eso.

Hay algunas formas muy comunes de pasar el fallo hacia arriba en el proyecto. Cuando cualquiera de estas formas pasa es una forma segura de matar la lealtad. Por el otro lado, si eres capaz de enfrentarte a esas formas de fallar y ayudar a tu director a que se recupere de ellas el fallo se puede convertir en otro elemento que fomente la lealtad. Sois tú y el director de arte los que estáis en el agujero. Actúa como alguien que le cubre la espalda siguiendo los principios mencionados arriba y abajo incluso cuando todo se derrumba:

  • Hazle saber a tu director de arte tan pronto como puedas que el fallo es inminente: Este es el más crucial principio de todos. Ha habido artistas que justo unos días antes de la fecha límite me comunicaron que no podrían entregar algunas o todas las piezas que se les había encargado. Esto casi siempre los saca de mi lista de repetidores, con mucho prejuicio.
  • Muéstrale a tu director de arte hasta dónde has llegado con aquello que no está funcionando: Quizás ni siquiera estés fallando; puedes ser una víctima de tu propia auto-crítica. O tu director de arte puede haberte asignado inteligentemente más trabajo del que necesita para el proyecto, así que lo que no puedas entregar puede caer dentro de un colchón de seguridad siempre que entregues el resto del material. Haz todo lo que puedas y envía los resultados junto con tus disculpas a tu director de arte, para lograr lo máximo posible de la situación.
  • Trabaja con tu director de arte para encontrar formas de enfrentarse al problema: Quizás conozcas a otro artista que puede coger lo que tú no alcances a completar en poco tiempo. Tú director de arte quizás tenga a una artista a manos para estas emergencias, pero si le ofreces una alternativa, lealtad ¡arriba! Pero tienes que estar seguro de que la solución que aportas funciona. No metas a un artista colega tuyo que falle, al final la culpa acabará recayendo en ti. Pero si puede cumplir has conseguido más lealtad y una posible repetición del negocio para ti y para tu amigo.
  • Aprende de tus errores:  Si tu director acude a ti de nuevo para trabajar en otro proyecto ya puedes hacer lo imposible para saber por qué y cómo fallaste en la última ocasión, y no lo repitas. El fallo de no reconocer un patrón de fallo no te servirá; peor, tu director de arte reconocerá ese patrón de fallo y tomará sus propias decisiones basándose en eso. No le des la oportunidad de ver el patrón; en ese lugar, muestra un patrón de corrección.
  • Nunca intentes cubrirlo: No intentes pasar un fallo como un éxito. De nuevo puedes estar equivocado con que sea un error, pero si lo admites abiertamente te ganarás algo de simpatía y de ayuda por parte de tu director de arte para arreglar el problema. Relacionado con esto, se comprensivo cuando un director de arte diga que algo es un fallo, incluso cuando no pienses que lo es: un poco de pequeñas turbulencias manejadas con suavidad construirán una relación más fuerte a largo plazo. (Salvo que tu director de arte sea un auténtico capullo, en cuyo caso deberías salir de su lista de manera voluntaria. La amistad es una calle de dos direcciones).

 

En los primeros pasos de una nueva relación con un director de arte la lealtad es algo tenue. El artista se pregunta si la compañía del director está trabajando para hacer las cosas bien, pagarle, usar su trabajo de forma atractiva, acreditarle apropiadamente. El director de arte se pregunta si el artista va a fallar, entregar trabajo de poca calidad, o romper la finamente ajustada programación del proyecto. Hay una gran cantidad de ansiedad en ello. La lealtad solidifica, refuerza y se cementa a medida que la ansiedad se reduce y eventualmente desaparece. Al final eso es de lo que ha tratado este post: controlar la ansiedad y usar estrategias para reducirla o eliminarla. Domina eso y tendrás trabajo tan a menudo como tu director de arte tiene proyectos.

BWA HA HA HA HA

Zonk-PJ

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